Apu II

Esa tarde esperaba que suene el bendito teléfono, no pedía que me llame, pero un mensajito de texto no se le niega a nadie...

Después de la oficina me junte con una amiga y en eso me llega un mensaje elogiando mi sonrisa y alegrándome la tarde! Con que poco nos alegramos a veces...

Después de varias idas y venidas estaba en mi casa con mi amiga y mi concubina escuchando un disco que una de ellas se había comprado cuando el muchacho de la hipnotizante sonrisa me propone salir esa misma noche. CHAN!

Yo pensé "bien, que osado", al día siguiente yo tenia varias cosas para hacer y eran muchas las cosas que en ese momento tenía que hacer para estar en condiciones de salir a una cita, pero con la invaluable ayuda de mis amigas para cuando sonó el timbre de casa yo ya estaba lista.

Cuando baje, esplendida, limpia, maquillada, con todo el placard encima (y los accesorios que guardo fuera del placard también), perfumada y con mi mejor sonrisa él estaba esperando en la puerta del edificio, con sus topper que alguna vez supieron ser blancas, la campera de jean medio deshecha, con una botellita de sprite casi vacía, sin siquiera desodorante ni una ducha encima...

Empezamos a caminar y mientras él elogiaba mi perfume yo, con mi mayor disimulo, iba quitándome todos los accesorios que podía...

Fuimos hasta Plaza Serrano pero no, no le gusto ningún bar... Mucho mejor estaba el pool piojoso de Santa Fe y Coronel Díaz!

Más jugosa que la primera impresión de la cita fue el transcurso de ella... (Capitulo III)